Existen un gran número de evidencias científicas que mantienen que el virus del coronavirus se transmite fundamentalmente por el aire. Debido a ello, una de las acciones preventivas importantes es asegurar una buena ventilación en el interior de recintos cerrados. 

La ventilación es el proceso de renovación de aire de un local, consistente en proporcionar aire limpio exterior a un edificio o una habitación. El aporte de aire exterior es esencial para sanear el aire que se respira en un local y diluir los contaminantes que se originan, entre ellos la presencia de Sars-COV-2.  El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), cuya última actualización es de marzo 2021 (RD 178/2021) es la normativa técnica a seguir por todos aquellos centros de trabajo con espacios cerrados que hayan de mejorar sus sistemas de ventilación para adecuarlos a las nuevas exigencias COVID evitando contagios. 

Calidad de aire interior según RITE 

El RITE clasifica la calidad del aire interior, definido como aire en el recinto o zona tratada, en cuatro categorías (IDA, Indoor Air), en función del uso de los edificios, proponiendo en cada caso un caudal de aire exterior por persona.

El RITE recomienda un caudal de aire exterior de 12,5 l/s por persona para un IDA 2 (calidad del aire interior), que refleja un aire de buena calidad.

Para que la ventilación sea eficaz, es necesario que la cantidad de aire limpio aportado sea adecuada y que ese flujo se distribuya de manera eficiente por todo el local, de manera que los contaminantes generados en las distintas partes del recinto se evacúen eficazmente. Una medida utilizada como indicador de la calidad del aire interior es emplear el nivel de la concentración de CO₂, ya que este es un buen indicador de las emisiones de bioefluentes humanos. El RITE establece unos valores de concentración de CO₂ (en partes por millón o ppm) por encima de la concentración en el aire exterior, para cada categoría de calidad del aire interior.

Sistemas de ventilación

La ventilación puede conseguirse por medios naturales, por medios mecánicos o mixtos.

La ventilación natural es aquella que se consigue por medios no mecánicos normalmente abriendo   puertas   y   ventanas), aprovechando las diferencias de presión que genera un   gradiente, bien por temperatura, bien por acción del viento. Puede lograr ser eficaz a un bajo coste; no obstante, depende de las condiciones meteorológicas del exterior, del diseño del edificio y de la ocupación y las actividades realizadas por las personas.  La mayor eficacia se consigue con una ventilación natural cruzada, esto es, con la apertura de dos aberturas en paredes opuestas.

La ventilación mecánica, por el contrario, controla las entradas y las salidas de aire, por lo que no se ve tan influenciada por la meteorología exterior y permite controlar el caudal introducido, aunque su instalación y mantenimiento sean más costosos. Incluso en el caso de que exista ventilación mecánica, se recomienda realizar regularmente una ventilación natural,  abriendo  puertas  y  ventanas,  y  conseguir  una  buena  ventilación  combinada, aunque esto implique una pérdida de eficiencia energética.

En los sistemas de filtración centralizados en las unidades de tratamiento de aire, el RITE establece la categoría de filtro con que deben contar, en función de la calidad de aire exterior y la calidad de aire interior requerida. En el contexto en que nos encontramos y en relación con el SARS-CoV-2, cuando se produzca la recirculación de aire, se recomienda aumentar el nivel de filtrado todo lo que sea posible, siempre que el caudal mínimo cumpla los 12,5 l/s por persona que marca el RITE. En aquellos lugares donde se necesite mejorar la calidad del aire, algunas guías recomiendan la utilización de equipos de filtración autónomos. En estos casos, se recomienda la utilización de filtros de aire de alta eficacia, como, por ejemplo, los filtros HEPA.

Finalmente, hay que tener en cuenta que cualquier sistema de ventilación mecánica y de filtración, para  ser  eficaz  y  no  generar  riesgos,  debe  ser  instalado  y  mantenido  de  forma  adecuada (limpieza de conductos y filtros o recambio periódico de los mismos en condiciones de seguridad).

¿Qué régimen de inspecciones deberán someterse los sistemas de ventilación?

Según lo que indica la IT 4.2.2 Inspección de los sistemas de las instalaciones de aire acondicionado y ventilación del RITE

1. Serán inspeccionados periódicamente los sistemas de aire acondicionado y las instalaciones combinadas de aire acondicionado y ventilación que cuenten con generadores de frío de potencia útil nominal instalada mayor que 70 kW.

La evaluación de la potencia se realizará teniendo en consideración la suma de las potencias de generación de aire acondicionado.

2. La inspección incluirá una evaluación del rendimiento y del dimensionado del generador de frío en comparación con los requisitos de refrigeración del edificio y teniendo en cuenta, cuando proceda, las capacidades de la instalación de refrigeración, o de las instalaciones combinadas de refrigeración y ventilación, para optimizar su eficiencia en condiciones de funcionamiento habituales o medias.

3. La inspección de las instalaciones de aire acondicionado se realizará sobre las partes accesibles del mismo. Será válido a efectos de cumplimiento de esta obligación la inspección realizada conforme a la norma UNE EN 16798-17.

BIBLIOGRAFIA: Guia INSST. «La ventilación como medida preventiva frente al coronaviru


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