La contaminación acústica puede generar un impacto negativo en la salud y el rendimiento de las personas, tanto en el ámbito laboral como en su día a día. Es por ello, que una larga exposición a determinados ruidos puede convertirse en un elemento perjudicial para el trabajador.
Una de las normativas legales que trata de prevenir estos riesgos en los entornos laborales es el Real Decreto 286/2006, de 10 de marzo, el cual regula la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido.
En este artículo explicaremos qué se considera contaminación acústica, cuáles son los principales factores de riesgo y cuáles son las medidas preventivas que podemos aplicar para minimizar el impacto que pueda tener en los trabajadores.
Qué es la contaminación acústica
La contaminación acústica sonora, según la Organización Mundial de la Salud, se define como cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB).
Los dos principales causantes de la contaminación acústica son el ruido y las vibraciones. Ambos pueden producir daños y lesiones auditivas al trabajador y, en el caso de la vibración, incluso puede ser causante de trastornos musculoesqueléticos.
Cada entorno laboral requiere de la aplicación de unas medidas preventivas u otras en función del riesgo al que se someta al trabajador. Cuando se trata de trabajos con mayor exposición a un ambiente contaminado de “ruidos”, el sector industrial es el más destacado.
Ruido Industrial
El ruido industrial deriva como consecuencia del funcionamiento de la maquinaria que produce ruidos excesivos. Este entra en conflicto con la calidad y las condiciones laborales del trabajador, desfavoreciendo la productividad del trabajador y su salud y bienestar. Cuanto mayor sea el complejo de la industria en la que se trabaje, mayor será la repercusión agravada a la salud acústica del trabajador.
Efectos de la contaminación acústica a la salud
Efectos auditivos
- Fatiga auditiva: se considera un descenso de la capacidad auditiva sin que haya una lesión orgánica. La audición se recupera progresivamente tras un tiempo de reposo sonoro, este puede tardar más o menos dependiendo de la intensidad del ruido recibido y del tiempo de exposición.
- Efecto enmascarador: es un efecto fisiológico por el cual vemos reducida la capacidad perceptiva de un sonido a causa de la escucha de otros sonidos o ruidos de forma simultánea. Esto puede reducir la salud laboral del trabajador, ya que deberá utilizar una intensidad vocal alta y tendrá dificultad para escuchar un aviso de posible peligro.
- Hiperacusia: se trata de una pérdida de audición causada por la exposición a un ruido de intensidad elevada o fatiga de larga duración. Esta no se recupera y su evolución suele ser progresiva pudiendo provocar una pérdida auditiva severa.
Si la exposición al ruido continúa, las lesiones se pueden ir extendiendo, si, por el contrario, se deja de estar en contacto con el ruido la pérdida auditiva se puede estabilizar.
Efectos extrauditivos
El ruido es un estímulo que desde pequeños provoca reflejos y respuestas psíquicas como alteraciones de sueño, ansiedad, estrés, entre otras. Dependiendo de los métodos de prevención que se apliquen en la zona de trabajo el usuario podrá verse afectado en mayor o menor medida a esta exposición.
Estos efectos tienen una implicación directa sobre el rendimiento laboral de la persona, interfiriendo en el desarrollo de su trabajo. También afecta a la comunicación, ya que el ruido de fondo puede dificultar la comprensión del mensaje que se está transmitiendo, repercutiendo así en la propia seguridad del trabajador o causando distracciones que incrementen la seguridad en el trabajo.
Medidas preventivas
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (31/1995 de 8 de noviembre) establece las responsabilidades básicas que se deben asumir para establecer un nivel adecuado de salud para los trabajadores frente a los riesgos derivados de las condiciones de trabajo. Esta normativa se complementó posteriormente con aspectos más técnicos que se insertaron en el Real Decreto 286/2006.
Los principios del R.D. 286/2006 de 10 de marzo, parten de la base de que los riesgos derivados de la exposición al ruido deberán ser eliminados en su origen o reducirse lo más bajo posible, a través de medidas de control de riesgo que se deben aplicar en origen.
Esta normativa contempla:
- Elección de equipos de trabajo o métodos que reduzcan la exposición al ruido.
- Informar y formar de forma adecuada a los trabajadores para que hagan un uso correcto de los grupos de trabajo y sepan aplicar las medidas preventivas.
- Reducir el riesgo mediante una organización de trabajo que limite la intensidad de la exposición y el tiempo del trabajo.
Una vez se haya realizado la evaluación del riesgo del puesto de trabajo y se confirme que se están sobrepasando los valores superiores de exposición, da lugar a que el empresario establezca y ejecute un programa de medidas técnicas y organizativas que deberán integrarse en la actividad preventiva de la empresa.
Los puestos de trabajo que sobrepasen los valores de exposición deberán ser señalizados de forma apropiada, en aquellos casos en que la exposición se justifique podrán incluso limitarse los accesos a estos.
Evaluación de Riesgos y limitación a la exposición
El empresario deberá realizar una evaluación en la que mida los niveles de ruidos a los que se expongan los trabajadores. En esta se debe identificar los puntos de trabajo susceptibles y localizar todas las fuentes generadoras de ruido. Una vez identificados, se debe conocer el ciclo de trabajo que se construirá sobre ese puesto para establecer una exposición óptima para los trabajadores.
Protección Individual
Para combatir los riesgos se deben aplicar medidas técnicas y organizativas destinadas a eliminar los riesgos en su origen y proteger así a los trabajadores mediante una protección colectiva.
En el caso de que estas medidas fueran insuficientes, para prevenir los riesgos derivados de la exposición al ruido, se deberá poner a disposición de los trabajadores equipos de protección individual que atenúen los efectos del ruido. Ejemplos de EPI que podrían reducir el nivel de ruido encontramos: orejeras, tapones, cascos anti-ruidos…
¿Quieres evitar riesgos de responsabilidad por contaminación acústica?
Lograr el cumplimiento de los requisitos legales que te aplican, y mantener este cumplimiento, los 7 días de la semana, los 365 días del año es clave para superar con éxito las auditorías, evitar multas costosas y daños a la reputación por incumplimiento.
CTAIMALEGAL te permite controlar todos los requisitos legales, trámites y evidencias, que aplican a tus centros de trabajo en las áreas de Calidad, Medio Ambiente, Seguridad Industrial y PRL. Pero no queremos contártelo, ¡pruébalo tú mismo solicitando una demo gratuita!