Cada 28 de enero se celebra el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Co2, una fecha clave que designó la Organización de las Naciones Unidas con el fin de crear conciencia y sensibilizar a todo el mundo de los efectos del cambio climático y los impactos ambientales que este puede provocar.

A parte de la sensibilización, también este día pretende impulsar acciones políticas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, encontrar fuentes de energía renovables, combustibles más sostenibles y cambios en las tendencias de consumo gracias a la educación y sensibilización ambiental.

¿Qué es el CO2?

El dióxido de carbono, más conocido como CO2, es uno de los gases de efecto invernadero que más impacto tiene en el cambio climático.

Estos gases han estado presentes de forma natural en la Tierra desde hace milenios y tienen un papel fundamental, ya que estos cuando llegan a la atmósfera, retienen parte del calor que el sol nos envía, al igual que en un invernadero. Sin ellos, nuestro planeta sería un bloque de hielo. Ahora bien, cuando la cantidad de estos gases aumenta y se altera el equilibrio, el clima cambia y se comporta de manera distinta.

Durante toda la historia, se han producido cambios climáticos naturales que han afectado al calentamiento global del planeta, pero ahora, debido a factores humanos como el transporte o la industria, la temperatura global ha augmentado. A lo largo de estas últimas décadas, las emisiones de CO2 a la atmósfera se han disparado, en gran parte por el uso reiterado de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón).

A parte, hay otros factores que hacen que la situación climática actual, este en riesgo, como sería la deforestación de los bosques que ha generado la pérdida de una gran variedad de flora y fauna, el uso excesivo de fertilizantes en los cultivos o la gran cantidad de residuos que dañan el medio ambiente.

Valores actuales de CO2

Al inicio de la pandemia mundial del COVID-19, se predijo que las emisiones de CO2 caerían en picado a causa de las restricciones de movilidad y la ralentización de la industria.

Y así ha sido. Según Carbon Monitor, que ha calculado la media de la reducción de estas emisiones, en global han descendido un 5,3% en el período comprendido entre el 1 de enero y el 30 de noviembre.

Si observamos el gráfico, vemos que España es uno de los países que más ha reducido las emisiones de efectos invernadero, más de un 14% mientras que China ha mostrado la menor disminución con solo un 0,5%. Esta reducción global es en gran parte a la reducción del uso del transporte terrestre, que ha disminuido un 15,2% respecto al 2019.

Aún que estas cifras dan algo de optimismo, observando el siguiente gráfico, podemos ver la tendencia al alza de Co2 en la atmosfera.

Eso es debido a varios factores como puede ser la deforestación masiva, ya sea por factores humanos o por los grandes incendios como el de principio de 2020 en Australia.

¿Qué podemos hacer para reducir las emisiones de CO2?

Aún que la situación es alarmante, aún podemos revertir la situación o por lo menos, que no vaya a más.

Eso es una tarea global, que pasa principalmente por las políticas medioambientales de los gobiernos y a pequeña escala, pero no menos importante, por pequeñas acciones individuales.

Aplicar las 3R

Esta pequeña formula, que puede parecer insignificante, es básica y un gran punto de partida para empezar este cambio.

  • Reducir el consumo hasta lo imprescindible, o lo que es lo mismo, disminuir el consumo de productos que puedan generar algún tipo de residuo que afecte al ecosistema.
  • Reutilizar todo lo posible. La gran mayoría de objetos o materiales comunes pueden ser vueltos a usar con el mismo fin o con otro propósito. Por ejemplo, promoviendo el intercambio de libros usados en vez de comprar nuevos o reutilizar viejos cuadernos de escritura que aún tienen hojas en blanco.
  • Reciclar para aprovechar los materiales de productos eliminados. De esta manera se da una segunda vida a materiales que, si no se reciclaran, acabarían acumulados en vertederos.

Desplazarse de forma sostenible

El transporte es uno de los grandes productores de CO2 a nivel mundial. Utilizar transporte público, ir en bicicleta o caminando a los sitios siempre que sea posible, ayuda a disminuir este tipo de gases de efecto invernadero.

Promover y apoyar el uso de energías renovables y eficientes.

El derroche compulsivo de energía es causado básicamente por aquellas fuentes de energía provenientes de los combustibles fósiles, que provocan un descontrol para las emisiones de CO2.

Para reducir este impacto medioambiental, los sistemas de eficiencia energética logran producir la misma cantidad de energía, pero reduciendo las emisiones. Además, las energías renovables logran minimizar el gasto de combustibles fósiles.

España ha adquirido el compromiso de limitar o de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, tanto en el ámbito de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, su Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París, como en el de la Unión Europea. Un objetivo vinculante para la UE en 2030 de, al menos, un 55% menos de emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con 1990.

Protocolo Kyoto

El Protocolo Kyoto es un protocolo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que firmaron 84 países el 11 de diciembre de 1997 y que después de la ratificación de varios países, entro en vigor el 16 de febrero del 2005.

Se trata de un acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero, entre ellos el Co2.

Acuerdo de París

Entre los días 30 de noviembre y 12 de diciembre 2020, tuvo lugar en París la vigésimo primera sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21). Tiene como objetivo fundamental evitar que el incremento de la temperatura media global supere los 2ºC respecto a los niveles preindustriales y busca, además, promover esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC.

Reconoce la necesidad de que las emisiones globales toquen techo lo antes posible. Además, incluye la importancia de conseguir una senda de reducción de emisiones a medio y largo plazo, coherente con un escenario de neutralidad de carbono en la segunda mitad de siglo, es decir, un equilibrio entre las emisiones y las absorciones de gases de efecto invernadero.

Conservar el Ecosistema

Bosques y océanos son los mayores retenedores de Co2 y su función es reducir el numero de emisiones que llegan a la atmosfera.

Por tanto, es importante no descuidar nuestro entorno y evitar así la perdida de masa forestal y en general, del ecosistema.

Contar con un Sistema de Gestión Ambiental

La certificación ISO 14001 establece las bases en una organización para minimizar su impacto ambiental. Sin alterar el rendimiento económico, incluso haciendo que tenga un mayor beneficio, tanto económico como competitivo, este tipo de acciones logran tener un impacto beneficioso para el medioambiente.

Basándonos en la sostenibilidad las organizaciones logran beneficios como minimizar el impacto que la actividad genera en el medio ambiente.


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